
Newswire de Devex informó hoy que con la administración Trump decidida a retirar la mayor parte de los fondos estadounidenses a las Naciones Unidas, el organismo mundial se está viendo obligado a adaptarse a una nueva realidad fiscal restringida, y la fuerza laboral está a punto de sentir la presión.
En el boletín de desarrollo mundial presentado hoy por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Newswire de Devex destacó el alto costo de la reforma de la ONU. Su boletín informativo dice lo siguiente.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, lanzó recientemente una nueva iniciativa de reforma, denominada UN80. Según un memorándum interno, enviado por el contralor de la ONU, se trata de «un esfuerzo ambicioso para garantizar que las Naciones Unidas sean adecuadas para apoyar el multilateralismo del siglo XXI, reducir el sufrimiento humano y construir vidas y futuros mejores para todos».
Todo eso está muy bien, pero ser «apto para su propósito» en realidad se traduce en una seria reducción de personal para la ONU frente a los recortes potencialmente fuertes de Estados Unidos.
En concreto, Guterres pretende eliminar el 20% de los puestos de trabajo en la Secretaría de la ONU, que emplea a unas 35.000 personas, y reducir en un 20% el presupuesto ordinario de la ONU, que cubre los programas esenciales y los costes administrativos, y que actualmente está fijado en algo menos de 3.700 millones de dólares para 2026.
El memorándum interno indica que, para el 13 de junio, docenas de altos funcionarios de la ONU deben informar sobre cómo pueden lograr los recortes propuestos en sus departamentos. Reconoció los «plazos agresivos» de este «esfuerzo colectivo».
Pero los críticos dicen que la reducción de personal se está haciendo demasiado apresuradamente.
La búsqueda actual de ahorros es solo «acerca de recortes», dijo Martin Griffiths, ex coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, a Devex la semana pasada. «No se trata de una reforma. Creo que eso está mal».
«La carta pide cambios estructurales masivos, con consecuencias de largo alcance, que se decidan en un plazo de dos semanas», dice Ian Richards, jefe del sindicato del personal de la ONU en Ginebra, a mi colega Colum Lynch. «Si bien brindan cierta orientación, los gerentes aún no tienen idea de cómo implementar esto».
«No está claro si el SG [secretario general] realmente ha pensado bien las cosas», añade.
[Ahora depende de los países restantes desfinanciar a la ONU y así colapsar la estructura de control del gobierno mundial que los globalistas han estado construyendo desde la Segunda Guerra Mundial.]
Fuente Expose
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