Arzobispo Viganò: El objetivo de Bergoglio es normalizar la sodomía

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«El objetivo de Bergoglio es normalizar la sodomía y toda perversión sexual (tanto entre los laicos como entre el clero), destruir el sacerdocio mismo y promover la transición sinodal de la misa a las celebraciones sin sacerdote», escribió Viganò el martes.

En una publicación en las redes sociales el martes, el arzobispo Carlo Maria Viganò acusó al papa Francisco de querer «normalizar la sodomía», «destruir» el sacerdocio y «promover la transición sinodal de la misa a las celebraciones sin sacerdote».

En respuesta a los informes de que Francisco le dijo a un hombre que fue expulsado de un seminario por ser homosexual practicante que «siguiera adelante con su vocación», Viganò escribió en una publicación en X, anteriormente Twitter:

El objetivo de Bergoglio es normalizar la sodomía y toda perversión sexual (tanto entre los laicos como entre el clero), destruir el sacerdocio mismo y promover la transición sinodal de la misa a las celebraciones sin sacerdote.

Sus obsesivas denuncias del clericalismo encarnan sus peores defectos. Manifiestan su aversión al corazón de nuestra Fe, porque donde no hay sacerdote, no hay Misa, y sin la Misa faltan las infinitas Gracias del Sacrificio de Cristo. No es casualidad que Bergoglio ya no celebre misa.

Las palabras soeces utilizadas sobre la presencia de homosexuales en los seminarios son parte de su dialéctica marxista y hegeliana (y masónica), donde la quimera del «nuevo orden» proviene del caos, de la revolución permanente.

Buscan desquiciar permanentemente al sacerdocio católico pervirtiendo a sus ministros, abriendo así el camino para el ministerio de los laicos.

Continuando, Viganò abordó tanto los informes de que Francisco había alentado a un homosexual practicante a buscar el sacerdocio, como el prólogo que Francisco escribió para un reciente libro disidente del jesuita pro-LGBT James Martin:

Buscan desquiciar permanentemente al sacerdocio católico pervirtiendo a sus ministros, abriendo así el camino para el ministerio de los laicos. Por un lado dice, en clave apática y vulgar (tesis): «Hay demasiada mariconería».

Por otro lado, al mismo tiempo dice en una carta a un hombre homosexual expulsado del seminario (antítesis): «Sigue adelante con tu vocación». Y una vez más escribiendo el prefacio de la edición italiana del folleto del activista LGBTQ+ James Martin, con el «erudito bíblico» Alberto Maggi despotricando: «A los ojos de Dios nadie es impuro».

Resultado: desacreditar y deslegitimar al Papado, a la Iglesia y al Sacerdocio, en una síntesis que pone de manifiesto la absoluta corrupción mental y moral de este usurpador, acompañada del silencio cómplice de la Jerarquía y la escandalización de los fieles.

Fuente LifeSites


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