¿Por qué tantas celebridades revelan de repente que abortaron a sus hijos?

En casi todos los casos, el dinero no fue un problema para las celebridades. Es el año de las memorias sobre el aborto.  

En sus memorias Paris, publicadas a principios de este año, la primera celebridad «famosa por ser famosa», Paris Hilton, reveló que cuando tenía 22 años, tuvo un aborto. Hilton era, y es, descendiente de una de las familias más ricas del mundo. A los 22 años, ya estaba en camino a una vida de fama: 

En noviembre de 2003, después de haber filmado la primera temporada de The Simple Life y antes de que se estrenara, estaba viviendo mi mejor vida. El programa comenzó a recibir toneladas de buena prensa. Mi compañera de reparto Nicole Richie y yo estábamos trabajando, apareciendo, haciendo entrevistas. Salía de fiesta casi todas las noches, posando para los paparazzi, hablando con todo el mundo sobre este loco y maravilloso espectáculo que estaba a punto de salir, prometiendo a todo el mundo que quedaría impresionado. Viajaba entre Nueva York y Los Ángeles, trabajando en la alfombra roja de los estrenos y entregas de premios, y dondequiera que iba, el creciente ejército de paparazzi me seguía. Estaba teniendo un momento de niño salvaje, y fue algo glorioso. Todo se vino abajo cuando me di cuenta de que estaba embarazada a los 22 años. 

Hilton estaba segura de que no estaba preparada. Su novio en ese momento, como era de esperar, apoyaba este punto de vista. Y así el bebé tuvo que morir: 

Elegir abortar puede ser una agonía intensamente privada que es imposible de explicar. La única razón por la que estoy hablando de ello ahora es que muchas mujeres se están enfrentando a ello, y se sienten tan solas, juzgadas y abandonadas. Quiero que sepan que no están solos y que no le deben una explicación a nadie. Cuando no hay un camino correcto, todo lo que queda es lo que es. Lo que sabes que tienes que hacer. Y lo haces, aunque te rompa el corazón. 

Ahora, escribe Hilton, «miraba hacia atrás a todo esto con tristeza, aunque sé que tomé la decisión correcta». Ha tenido «pensamientos como: ¿Qué pasaría si matara a mi Paris?Pero aún así, está segura de que «de ninguna manera era capaz de ser madre» y que «negar eso habría puesto en peligro la familia para siempre que esperaba tener en el futuro, en un momento en que estaba sana y curada». Años más tarde, Hilton compraría a esa familia a través de rondas de fecundación in vitro y el vientre alquilado de una madre sustituta, y decenas de miles de dólares después, recibió a su hijo Phoenix Barron Hilton Reum. No dice cuántos de sus hermanos murieron durante el proceso. 

La actriz Kerry Washington también publicó una autobiografía este año, titulada Thicker Than Water: A Memoir, y escribe sobre su propio aborto. Al igual que Hilton, utiliza su experiencia personal para abogar por el aborto en general, escribiendo que la vida es complicada y que nunca imaginó que estaría en una clínica de abortos, «entregando mis entrañas a un vacío quirúrgico». Es su bebé quien se entregó a ese vacío, pero las breves vidas de los niños abortados son fantasmas que acechan en los márgenes de las memorias, y sus muertes no son más que momentos de enseñanza para el personaje principal. Washington tuvo el aborto a finales de sus 20 años, cuando ya era una actriz famosa y exitosa. Es famosa por una escena en la que su personaje en Scandal tuvo un aborto, literalmente, con la melodía de «Noche de paz». 

El comediante Leslie Jones de Saturday Night Live publicó Leslie F***ing Jones: A Memoir en septiembre. Está orgullosa de no tener hijos y ha lanzado muchas diatribas virales contra los legisladores provida, una de las cuales la hizo usar una camisa con una flecha apuntando hacia abajo y la palabra «Mía» en el frente. Jones escribe que tuvo tres abortos entre los 18 y los 27 años, y que lo usaba como método anticonceptivo (admitió que era una mala idea). Esto no le enseñó nada sobre la tragedia del aborto, solo que era, en su opinión, necesario. Sin abortar a esos tres bebés, tal vez nunca se habría convertido en una comediante de televisión haciendo chistes furiosos sobre las leyes que protegen a los bebés no nacidos del aborto. La compensación, deja claro, valió la pena para ella. 

Y finalmente, en The Woman in Me, Britney Spears describió el brutal aborto al que se sometió a instancias de su entonces novio Justin Timberlake, quien desesperadamente no quería ser padre. Spears quería quedarse con el niño, pero cedió ante la presión y se quedó sollozando en el suelo del baño mientras sangraba a su bebé después de tomar píldoras abortivas porque la famosa pareja tenía miedo de ir a un hospital o clínica por miedo a ser reconocida. A pesar de valer decenas de millones de dólares, ellas tampoco estaban «preparadas» para tener hijos. La mujer de Spears quería quedarse con el bebé; el bebé que llevaba dentro murió porque Timberlake se negó a ser padre. 

Las celebridades están contando sus historias de aborto para normalizar un «procedimiento» que es el punto focal de feroces luchas políticas en todo Estados Unidos después de Roe. Pero sus historias son realmente reveladoras de una manera diferente. En casi todos los casos, el dinero no era un problema. Los padres tenían seguridad financiera, algunos incluso ricos. Cada uno de estos niños murió porque los padres insistieron en que «no estaban listos» de alguna manera a pesar de ser adultos económicamente acomodados. Cada uno se involucró en el acto de hacer bebés mientras no deseaba tener bebés; Cada uno de ellos había sucumbido tan completamente a la mentalidad anticonceptiva que los niños que llegaban naturalmente después de los actos de reproducción eran tratados como un choque no deseado, como si fuera de alguna manera antinaturalque el sexo con frecuencia resulte en bebés.  

E inadvertidamente, cada una de estas memorias sobre el aborto nos dice algo profundo sobre nuestra cultura, no es que el aborto sea normal, sino por qué: porque estamos tan rotas que hemos olvidado hechos básicos sobre lo que significa ser madres, padres y seres humanos.  

Fuente LifeSites