Propiedades occidentales podrían ser confiscadas: Moscú

Rusia conserva un «amplio arsenal de contramedidas» en caso de que sus activos sean incautados en Occidente, ha advertido el Ministerio de Exteriores

Rusia tiene un «amplio arsenal» de contramedidas políticas y económicas para responder a la posible confiscación de sus activos soberanos, incluida una incautación de propiedad occidental en Rusia, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova.

Los líderes de las naciones del Grupo de los Siete (G7) acordaron en la cumbre de la semana pasada en Apulia, Italia, utilizar los intereses de los activos rusos congelados para asegurar un préstamo de 50.000 millones de dólares para Kiev.

Zakharova señaló que Rusia tiene una cantidad «significativa» de fondos y propiedades occidentales bajo su jurisdicción.

«Todo ello puede estar sujeto a la política de represalias y a las acciones de represalia rusas. El arsenal de contramedidas políticas y económicas es amplio», dijo a los periodistas en una rueda de prensa habitual el miércoles.

Rusia, sin embargo, no revelará la naturaleza de las acciones de represalia, agregó Zakharova.

Los países del G7 han aprobado en principio un plan de Estados Unidos para proporcionar a Ucrania un préstamo de 50.000 millones de dólares emitido contra activos rusos congelados, para ayudar a Kiev a comprar armas y reconstruir la infraestructura dañada.

La idea es utilizar casi 300.000 millones de dólares en fondos soberanos rusos congelados en Occidente a raíz del conflicto de Ucrania en 2022, como base para el préstamo. Los países del G7 utilizarían los beneficios de los activos para cubrir los intereses de la deuda.

La mayoría de los activos congelados se encuentran en la UE. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo recientemente que las ganancias obtenidas de los activos rusos inmovilizados ascienden a alrededor de 3.000 a 5.000 millones de dólares al año.

El G7 tiene la intención de desembolsar los fondos a través de múltiples canales, dirigiéndolos a las necesidades militares, presupuestarias generales y de reconstrucción de Ucrania.

Sin embargo, persisten los desacuerdos entre Estados Unidos y sus aliados sobre quién asumirá los riesgos de los préstamos si los gobiernos occidentales pierden el control sobre los activos rusos.