
Moderna, el fabricante de la vacuna contra el Covid, se enfrenta a una posible suspensión del organismo comercial farmacéutico de Gran Bretaña, la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica («APBI»), debido a una serie de incumplimientos del código regulatorio, que han traído descrédito a la industria, informó ayer The Telegraph.
Moderna será auditada por la Autoridad del Código de Prácticas de Medicamentos con Receta (PMCPA, por sus siglas en inglés) para evaluar sus sistemas de cumplimiento y, si se descubre que faltan, Moderna podría ser suspendida o expulsada de la APBI, una medida que solo se ha tomado nueve veces en los últimos 40 años.
Las infracciones incluyen a representantes de la empresa que ofrecen a los niños 1.500 libras esterlinas y osos de peluche para que participen en los ensayos de la vacuna contra el covid, lo que está prohibido por la normativa de Medicamentos de Uso Humano (Ensayos Clínicos), así como engañar a los reguladores sobre cuándo se dio cuenta por primera vez de los incentivos financieros para los niños.
También se descubrió que Moderna no había revelado los vínculos de un empleado senior con la empresa en artículos y tuits que promocionaban su inyección de covid. «Se descubrió que un empleado de alto rango era coautor de tres artículos, incluido uno con Nadhim Zahawi, el exministro de vacunas, que promocionaba la vacuna covid de Moderna sin revelar que trabajaba para la empresa. También envió tuits promocionales desde una cuenta personal sin revelar su papel», dijo The Telegraph. Esto equivalía a publicidad de la vacuna y fue considerado inaceptable por la PMCPA.
La PMCPA ha dictaminado que Moderna ha mostrado una falta de transparencia y ha cometido diez nuevas violaciones del código. Sin embargo, como ha declarado la diputada Esther McVey, el regulador no tiene poder real para imponer multas apropiadas u otras sanciones significativas, lo que ha llevado a una falta de confianza pública en la industria farmacéutica y sus reguladores.
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Molly Kingsley, fundadora de UsForThem, ha expresado su preocupación por el desprecio de Moderna por el sistema regulatorio y su priorización de las ganancias sobre la salud y la seguridad.
La APBI tiene el poder de suspender o expulsar a Moderna, lo que sería un golpe significativo para la empresa, y la auditoría de la PMCPA y las posibles sanciones serán observadas de cerca, y se espera que el resultado tenga implicaciones significativas para la reputación y las operaciones de Moderna.
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Imagen de portada: Stéphane Bancel, CEO de Moderna. Fuente: Nikkei Asia
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