La ceremonia de «bendición» aprobada por el Vaticano para homosexuales «casados» provoca indignación en Uruguay
El nuncio del Vaticano de Uruguay dijo que la «bendición» solicitada por un actor homosexual y su «esposo» «tenía que ser dada», según el obispo Milton Troccoli, quien defendió la ceremonia citando a Fiducia Supplicans.
El P. Francisco Gordalina da una ‘bendición’ a una pareja del mismo sexoCaptura de pantalla de YouTube
Una ceremonia de «bendición» entre personas del mismo sexo en Uruguay que fue aprobada por el nuncio local del Vaticano ha creado confusión e indignación entre los católicos.
La Revista Gente, un popular tabloide uruguayo, cubrió la «boda» civil de dos hombres homosexuales, el actor Carlos Perciavalle, de 82 años, y Jimmy Castilhos, de 47, y la «bendición» que recibieron de un sacerdote católico el 21 de febrero, dos días después de haberse «casado» civilmente.
Según la Revista Gente, el padre Francisco Gordalina, quien ofició la ceremonia de «bendición», dijo que los dos hombres son «hijos de Dios que… han pedido una bendición para vosotros de Dios nuestro Padre» y que «es con gusto que estamos presentes en nombre de la Iglesia para pedir que os bendigamos».
El sacerdote afirmó que solo fue una «bendición» y «no una boda». Sin embargo, agregó que la ceremonia «es una forma en que la Iglesia quiere mostrarles que Dios está con ustedes, y sabemos muy bien que ustedes también están con Dios porque hemos hablado en intimidad con nuestro obispo y hemos visto su fe».
La Iglesia Católica condena la actividad homosexual como «intrínsecamente desordenada», mortalmente pecaminosa y un «pecado que clama al cielo», de acuerdo con la Sagrada Escritura y la constante Tradición de la Iglesia.
Varios medios de comunicación locales describieron la ceremonia como un «matrimonio gay» sancionado por la Iglesia, lo que provocó confusión e indignación entre los católicos en Uruguay. Esto llevó al obispo Milton Troccoli de la Diócesis de Maldonado-Punta del Este-Minas a emitir una declaración oficial sobre el asunto.
Troccoli dijo que tuvo una «conversión reflexiva» con los dos hombres homosexuales, después de la cual «solicitaron recibir la bendición», que describió como «una posibilidad planteada por [Fiducia Supplicans] para parejas en una ‘situación irregular'».
El obispo dijo entonces que se pusieron en contacto con el nuncio apostólico en Uruguay, el arzobispo Gianfranco Gallone, para preguntarle «cómo proceder en esta situación», que esperaban que recibiera una gran atención mediática, dado que Perciavalle es un actor famoso en Uruguay.
«Fuimos informados [por el nuncio] que había que dar la bendición, dado que había un documento firmado por el Papa [Fiducia Supplicans], y que debíamos proceder en consecuencia», declaró Troccoli.
«Entonces informamos a los interesados que se daría la bendición, y se les recordó que no sería en una iglesia, que era una bendición para el pueblo y no para la unión (no era un ‘matrimonio eclesiástico’), y que por la misma razón, sería discreto, sin la presencia de invitados; lo cual fue una simple bendición», continuó el comunicado.
Según informes de prensa, a la fiesta de Perciavalle y Castilhos del 21 de febrero, en la que celebraron su «boda» homosexual y recibieron la «bendición», asistieron 400 invitados. La «bendición» también iba a tener lugar en una capilla antes de ser trasladada a su finca después de la indignación por los informes de que estaba previsto que se llevara a cabo en la iglesia de San Benito en Garzón.
Como ha señalado el cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, «bendecir» a una «pareja» homosexual necesariamente aprueba su relación, en contradicción con la enseñanza católica. «De hecho, si uno bendice a la pareja como pareja, es decir, como unida por una relación sexual que no sea el matrimonio, entonces uno está aprobando esa unión, ya que es la unión la que los constituye como tal pareja», escribió en un ensayo reciente.
Otros prelados prominentes, teólogos y abogados canónicos han hecho declaraciones similares, como el cardenal Robert Sarah y el padre Gerald Murray.
Como era de esperarse, la «discreta» ceremonia acaparó la atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales.
Troccoli reconoció «que la cobertura mediática de la situación puede haber herido la sensibilidad de algunos y puede haber confundido a otros». Sin embargo, justificó la decisión de permitir la «bendición», citando a Fiducia Supplicans.
«La novedad del documento y sus implicaciones pastorales nos movilizan a todos», dijo el obispo.
Según la Revista Gente, Perciavalle y Castilhos decidieron «alquilar un vientre de alquiler», es decir, adquirir un hijo a través de la gestación subrogada, una práctica que la Iglesia Católica condena como gravemente pecaminosa y contraria a la ley natural.
Con respecto a la homosexualidad, el Catecismo de la Iglesia Católica dice:
Basándose en la Sagrada Escritura, que presenta los actos homosexuales como actos de grave depravación, la tradición siempre ha declarado que «los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados». Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. En ningún caso podrán ser aprobados.
En consecuencia, la heterodoxa declaración vaticana Fiducia Supplicans, que fue aprobada y firmada por el Papa Francisco, ha provocado la oposición de prelados, sacerdotes y laicos católicos ortodoxos de todo el mundo, incluido el cardenal uruguayo Daniel Sturla, quien condenó a Fiducia Supplicans por su contenido y su deliberada confusión.
Fuente Lifesites
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