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La manifestación atrajo a un puñado de contramanifestantes, que instaron a poner fin a las quemas del libro sagrado.

Una mujer prendió fuego a una copia del Corán durante una protesta aprobada por la policía cerca de la capital sueca, informó la agencia de noticias TASS.

La medida sigue a varias acciones similares en las últimas semanas, que han provocado indignación en todo el mundo musulmán y más allá.

Organizada por el inmigrante iraní Bahrami Marjan, la quema del Corán tuvo lugar en una playa cerca de Estocolmo el jueves, según el medio ruso, que señaló que de las 20 personas que asistieron la mayoría eran periodistas.

En las imágenes capturadas por Ruptly, se puede ver a Marjan prendiendo fuego al libro sagrado, garabateando el Corán con un bolígrafo antes de arrancar páginas y quemarlas gradualmente. En un momento dado, la policía pareció contener a un pequeño grupo de contramanifestantes que se oponían a la exhibición, aunque la escena finalmente se mantuvo en calma.

Una cristiana convertida del Islam, la mujer le dijo a TASS que quería mostrar que «la religión también es parte de la política», afirmando también que «el Islam no es una religión democrática». Cuando se le preguntó si pensaba que tales quemas de libros podrían dañar la situación de seguridad de Suecia dado el potencial de una reacción violenta, Marjan dijo que no estaba de acuerdo.

La manifestación refleja otras acrobacias organizadas en Estocolmo este verano, con activistas quemando o profanando coranes durante tres acciones previas autorizadas por la policía en junio y julio, dos de las cuales se llevaron a cabo frente a la Embajada iraquí.

Los incidentes han provocado una protesta pública en el mundo musulmán, con manifestantes enojados irrumpiendo en el complejo diplomático de Suecia en Bagdad. El gobierno iraquí también expulsó al enviado de Estocolmo y retiró a su propio representante, mientras que Türkiye, Egipto, Argelia, Marruecos, los Emiratos Árabes Unidos y Jordania condenaron de manera similar la medida.

Los funcionarios suecos han argumentado que las protestas no son aprobadas formalmente por el gobierno, y el primer ministro Ulf Kristersson insiste en que la policía local simplemente emita permisos para reuniones públicas, independientemente de su contenido político. El primer ministro culpó a una «campaña de desinformación» rusa por la dura reacción a las quemas del Corán, alegando que Moscú está «difundiendo la falsa afirmación de que Suecia como estado estaría detrás de la profanación de varias escrituras».

El presidente ruso, Vladimir Putin, describió los ataques contra el Corán como crímenes de odio que no serían tolerados en Rusia, mientras que un grupo de parlamentarios rusos emitió una declaración conjunta declarando que tales acciones «no tienen nada que ver con la libertad de expresión y religión».

Fuente: RT


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