La nanotecnología inyectada en nuestros cuerpos daña nuestros cerebros, mentes y espíritus

La analista de biotecnología y asesora médico-legal Karen Kingston reveló en su entrevista con el Dr. Peter Breggin y su esposa Ginger que la tecnología de ARNm es la puerta de entrada al uso de la nanotecnología en los seres humanos de manera nefasta.

Explicó que la nanotecnología causa daños particularmente en el sistema neurológico y, por lo tanto, en el cerebro, la mente y el espíritu. La industria siempre lo ha sabido, explicó Kingston, y remarcó que incluso las nanopartículas de oro sin biomarcadores les encanta ir al cerebro.

Kingston dice: «Es un riesgo muy alto tener estos nuevos productos biotecnológicos que realmente disfrutan yendo al sistema nervioso central», rompiendo la barrera hematoencefálica que protege nuestras neuronas y su sistema de señalización increíblemente complejo y vulnerable.

El propio informe interno de Pfizer encuestó a más de 1,5 millones de personas inyectadas con sus «vacunas» genéticas con un promedio de al menos tres eventos adversos. Sus datos mostraron que 700.000 pacientes, casi la mitad de los inyectados, sufrían trastornos relacionados con el sistema nervioso y que esta era la categoría más grande de eventos adversos reportados.

La nanotecnología que se está introduciendo en los seres humanos a través de las inyecciones de covid tiene muchos objetivos, y uno de ellos es el avance en los intentos oficiales de controlar a los seres humanos. Las autoridades han intentado durante mucho tiempo controlar el comportamiento humano, y los últimos intentos están vinculados al desarrollo de nanotecnología en humanos.

El Dr. Breggin examinó recientemente estos intentos en detalle en su columna ‘La estrategia de la élite para arruinar físicamente nuestros cerebros, mentes y fuerza de voluntad‘. Él cree que la élite quiere aterrorizarnos con la posibilidad de que ellos tengan a su alcance el control de nuestras mentes e incluso nuestros sentimientos y pensamientos específicos, pero él sugiere que su verdadero logro es causar suficiente daño cerebral y disfunción para hacernos menos espontáneos y más dóciles, convenientemente disminuidos para someternos a su control sobre nosotros en el Nuevo Orden Mundial.

Kingston cuenta con más de 25 años de experiencia en la industria farmacéutica como analista biotecnológico y asesor médico-legal. Fue trasladada al lado de marketing poco después de comenzar a trabajar en Pfizer al principio de su carrera. «Tomamos información compleja y la traducimos en gráficos y descripciones que son fáciles de entender para los médicos y los asesores de atención médica», explicó. En última instancia, se hizo un nombre como «la reparadora» porque desarrolló experiencia en el ámbito médico-legal de las grandes farmacéuticas. La llamaban para consultar cuando surgían problemas con un producto, a menudo como resultado de desafiar las regulaciones de la FDA.

La discusión sobre las nanopartículas y otros mecanismos por los cuales las «vacunas» genéticas nos dañan ha sido suprimida por forasteros que pretenden pertenecer al movimiento por la libertad de la salud. Los tres también discutieron la importancia vital de la libertad de expresión como un principio fundamental que debe protegerse en el movimiento por la libertad y llamaron la atención de los oyentes sobre nuestra reciente columna, ‘Es hora de la libertad de expresión en el movimiento por la libertad‘.

Los Breggin también compartieron sus puntos de vista con Kingston sobre quién debería ser considerado responsable, Pfizer o el Departamento de Defensa («DoD»), por desarrollar e impulsar estas armas biológicas genéticas en el pueblo estadounidense.

Una luz brillante en la vida de muchos de nosotros en el movimiento por la libertad de la salud, Kingston regresó después de una reciente convalecencia, listo para conquistar el mundo nuevamente. También hablaron sobre lo que ha pasado y cómo lidiar con la adversidad, su vida en la industria farmacéutica y su llamado al movimiento por la libertad de salud.

Publicado por primera vez en America Out Loud por el Dr. Peter Breggin y Ginger Breggin

Fuente Expose